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Una respuesta campesina a la crisis alimentaria


VIA CAMPESINA(Roma,14 de febrero de 2008). Los consumidores de todo el mundo han visto que los precios de los alimentos básicos se han incrementado dramáticamente durante los pasados meses, creando unas extremamente difíciles condiciones de vida,especialmente para las comunidades más pobres. Durante el año pasado, el trigo ha doblado su precio, el maíz ha subido cerca del 50% que hace un año. Sin embargo, no hay crisis productiva. Las estadísticas muestran que la producción de cereales nunca ha sido tan alta como en 2007 (1).

Los precios se han incrementado porque una parte de la producción es ahora derivada a agrocombustibles, las reservas globales de comida están en su momento más bajo de los últimos 25 años debido a la desregulación de los mercados marcada por la OMC y el tiempo extremo que han padecido algunos países exportadores como Australia. Pero los precios también se han incrementado porque las compañías financieras especulan con la comida de las personas, ya que anticipan que los precios de los productos agrícolas seguirán subiendo en el futuro próximo. La producción de alimentos, su proceso y su distribución quedarán cada vez más bajo el control de las empresas transnacionales que monopolizan los mercados.

La tragedia de los agrocombustibles industriales: pueden alimentar coches, pero no personas.

Los agrocombustibles (combustibles producidos a partir de plantas, productos agrícolas y forestales) se presentan como una respuesta a la escasez de combustibles fósiles y al calentamiento global. Sin embargo, muchos científicos e instituciones reconocen que su energía y su impacto medioambiental serán limitados o incluso negativos.

Sin embargo, todo el mundo de los negocios está apresurándose a invertir en este nuevo mercado que está compitiendo directamente con las necesidades alimenticias de las personas. El gobierno indio está hablando de plantar 14 millones de hectáreas de jatropha, el Banco de Desarrollo Inter. Americano dice que Brasil tiene 120 millones de hectáreas que podrían ser cultivadas con cultivos de agrocombustibles, y un lobby de agrocombustibles está hablando de que 379 millones de hectáreas están disponibles en 15 países africanos (2). La actual demanda de maíz para producir etanol casi representa el 10% del consumo mundial, lo que empuja los precios al alza.

Los agrocombustibles industriales son un sin sentido económico, social y medioambiental. Su desarrollo debe detenerse y la producción agrícola debe enfocarse prioritariamente hacia la alimentación.

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